La obsidiana es una piedra negra famosísima conocida popularmente por sus propiedades protectoras tanto de las malas energías como de la radiación.
El origen de la obsidiana es volcánico: la lava se solidificó por el rápido enfriamiento de los magmas ricos de ácido silícico formando la obsidiana.
En la antigüedad la obsidiana se usaba para crear cuchillos y herramientas muy afiladas para poder cortar y cocinar. Además, también se le dio uso como espejo, puesto que tiene un brillo que puede ser reflectante.
Propiedades:
tiene la capacidad de mostrarte de forma directa tus sombras para que puedas integrarlas y trabajar en esas partes de ti mismo que son más duras de transitar. La obsidiana, aun siendo una piedra negra, tiene la capacidad de traer mucha luz a nuestras vidas, pero la luz, a veces, requiere atravesar las tinieblas.
es un mineral que se usa para la protección, la pureza y la limpieza energética, así como para la conexión con la madre tierra.
Cuando se usa una obsidiana hay que tener consciencia de la fuerza del efecto del mineral. Si estás en un momento de mucha sensibilidad, no la recomendaría, de la misma forma que no la recomiendo para los niños.
A nivel físico es eficaz contra la artritis y el reuma. También ayuda a canalizar bien los nervios evitando los síntomas típicos: agarrotamiento de los hombros y el cuello o molestias en el estómago. Ayuda a relajarse y permite que las situaciones sucedan de forma natural; contrarresta dudas y situaciones emocionales inestables.
¿Cómo limpiarla?
Podés limpiar tu cristal poniéndolo en remojo en un cuenco o frasco de vidrio.
Agregá un puñado de sal gruesa (en lo posible sal marina o sal rosada del Himalaya) y dejá el preparado por tres días y tres noches. La sal ayuda a que el cristal descargue todo lo que no necesita.
Una vez transcurrido ese tiempo, enjuagá tus piedras con agua.
También podés limpiarlo sahumándolo con mirra, incienso, salvia, lavanda o copal.
Una vez que prendés estas hierbas o resinas de limpieza, pasá tu cristal por arriba del humo diciendo “limpio, puro, cristalino” o algún otro mantra que te resuene más al hacer la limpieza.
Podés ver todo lo necesario para sahumar, en este link.
Para una limpieza express, si no tenés mucho tiempo, podés vaporizarlo con agua florida.
¿Cómo cargarlo?
Se recomienda cargarlos con la luz de la luna llena. Podés dejarlos sobre una maceta o junto a la ventana durante toda la noche.
Medida: entre 3 y 5 cm.
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La obsidiana es una piedra negra famosísima conocida popularmente por sus propiedades protectoras tanto de las malas energías como de la radiación.
El origen de la obsidiana es volcánico: la lava se solidificó por el rápido enfriamiento de los magmas ricos de ácido silícico formando la obsidiana.
En la antigüedad la obsidiana se usaba para crear cuchillos y herramientas muy afiladas para poder cortar y cocinar. Además, también se le dio uso como espejo, puesto que tiene un brillo que puede ser reflectante.
Propiedades:
tiene la capacidad de mostrarte de forma directa tus sombras para que puedas integrarlas y trabajar en esas partes de ti mismo que son más duras de transitar. La obsidiana, aun siendo una piedra negra, tiene la capacidad de traer mucha luz a nuestras vidas, pero la luz, a veces, requiere atravesar las tinieblas.
es un mineral que se usa para la protección, la pureza y la limpieza energética, así como para la conexión con la madre tierra.
Cuando se usa una obsidiana hay que tener consciencia de la fuerza del efecto del mineral. Si estás en un momento de mucha sensibilidad, no la recomendaría, de la misma forma que no la recomiendo para los niños.
A nivel físico es eficaz contra la artritis y el reuma. También ayuda a canalizar bien los nervios evitando los síntomas típicos: agarrotamiento de los hombros y el cuello o molestias en el estómago. Ayuda a relajarse y permite que las situaciones sucedan de forma natural; contrarresta dudas y situaciones emocionales inestables.
¿Cómo limpiarla?
Podés limpiar tu cristal poniéndolo en remojo en un cuenco o frasco de vidrio.
Agregá un puñado de sal gruesa (en lo posible sal marina o sal rosada del Himalaya) y dejá el preparado por tres días y tres noches. La sal ayuda a que el cristal descargue todo lo que no necesita.
Una vez transcurrido ese tiempo, enjuagá tus piedras con agua.
También podés limpiarlo sahumándolo con mirra, incienso, salvia, lavanda o copal.
Una vez que prendés estas hierbas o resinas de limpieza, pasá tu cristal por arriba del humo diciendo “limpio, puro, cristalino” o algún otro mantra que te resuene más al hacer la limpieza.
Podés ver todo lo necesario para sahumar, en este link.
Para una limpieza express, si no tenés mucho tiempo, podés vaporizarlo con agua florida.
¿Cómo cargarlo?
Se recomienda cargarlos con la luz de la luna llena. Podés dejarlos sobre una maceta o junto a la ventana durante toda la noche.
Medida: entre 3 y 5 cm.